domingo, 31 de enero de 2016

DRONES, LA INVASIÓN (EPISODIO #48)


Las ramas repartidas a lo largo y ancho de las calles me forzaban a disminuir la velocidad. Tenía que actuar con sagacidad, si deceleraba demasiado los drones nos podían alcanzar. 60 kilómetros por hora bastaban para esquivar obstáculos y evitar una cacería letal. Rita reposaba en la panera. La fuerza del amor nos llevaba a nuestro hogar. Circulábamos por la misma avenida del hospital. Recorrer una calle en esas condiciones podía ser una trampa mortal. Aquellos aparatos no toleraban nuestra existencia. Nos odiaban, nos detestaban. Había olvidado mi bate en la casa. No importaba, ya encontraría otro objeto para mi defensa personal. Resultaba una prioridad escapar de esos aparatos que claramente nos querían descuartizar.