sábado, 30 de enero de 2016

DRONES, LA INVASIÓN (EPISODIO #44)


El tronco de un árbol me resguardaba de las fuerzas malignas de la araña, que para mi suerte no había advertido mis deseos de aniquilarla. La oscuridad ennegrecía las veredas de toda la cuadra. Echándole una mirada impetuosa de reto, la maldecía en silencio, ya no toleraba sus comportamientos. Estaba asustado pero mi espíritu combativo me motivaba a atacarla. Rita era sagrada, y sin la moto no había regreso. Uno, dos y tres pasos me bastaron para sorprenderlo con tres batazos. El aparato se había desplomado. Esta vez no tenía sentido enterrarlo. La puerta de acceso estaba abierta. Tenía que atravesarla, rescatar a mi compañera, poner en marcha la moto y bien rápido volver a casa. Un drone maldito se había adentrado pero no me importaba, me sentía lo suficientemente fuerte como para poder desafiarlo.