viernes, 1 de enero de 2016

DRONES, LA INVASIÓN (EPISODIO #10)


Eran las diez de la mañana, sin embargo se acercaba la noche, porque el cielo se estaba cerrando, miles de drones cubrían los rayos solares y me echaban su sombra en la cara. Chivilcoy parecía atrapado por un agujero negro del espacio. Mirando por la ventana no hallaba un alma en la calle. Hasta las cucarachas habían desaparecido, y eso que han convivido con los dinosaurios. Los drones malparidos acaparaban nuestro horizonte. Extrañamente tenían alas flexibles, como halcones voraces. No más de cien metros me aislaban de sus extremidades. Su ruido a turbinas era ensordecedor. A esa altura de los hechos, los únicos privilegiados eran los sordos. No me atrevía ni a pisar el patio. ¿Tan insignificantes éramos para condenarnos a semejante martirio? ¿Qué habíamos hecho para merecernos semejante calvario? Mi respiración se entrecortaba, escuchaba mis latidos. Se suponía que alguien debía auxiliarnos.