viernes, 8 de enero de 2016

DRONES, LA INVASIÓN (EPISODIO #24)


Ya instalado en mi caverna, suspiraba aliviado, finalmente había hallado la llave que cerraba la puerta del sótano. Por esas cosas de la puta vida estaba rota la cerradura, pero el hallazgo disipaba mis dudas. Rita contaba con un nido: una sartén de mi cocina atiborrada de trozos de algodón que poco tiempo antes rellenaban el almohadón de mi lecho. ¡Qué malparida, la araña apaleada había destrozado mi dormitorio! Por culpa de esas chatarras todo un país se había visto forzado al desarraigo. Era un espanto. Cerrando los ojos me echaba en el colchón que me servía de cama, con el bate rozando mi antebrazo por si acaso las campanillas me hacían sufrir un sobresalto.