martes, 26 de enero de 2016

DRONES, LA INVASIÓN (EPISODIO #42)


Tenía que salir del hospital. En la mochila llevaba jabones neutros, unas cuantas gasas y los tan ansiados antisépticos. No había hallado medicamentos que lograran calmar mis constantes jaquecas. Sigilosamente recorría el pasillo. No tenía que hacer ruidos, caso contrario las hormigas podían forzarme a una cirugía sin anestesia. En buen momento subía por la escalera. No quería usar el ascensor. Cada escalón era una odisea. Nuevamente en la planta baja regresaba a la oficina que había posibilitado mi ingreso al hospital. Manoteando el picaporte de la puerta levantaba mi bate por si acaso me sorprendía otra rareza. Para mi calma no había nada. El velador seguía encendido, la araña apaleada en el mismo sitio donde la había ocultado. Respirando hondo traspasaba la ventana para volver a rodear el establecimiento. Por segunda vez tenía que cruzar la avenida.