domingo, 28 de febrero de 2016

DRONES, LA INVASIÓN (EPISODIO #77)


Continuábamos circulando por las calles despobladas. Vaya extrañeza, los drones no acechaban. Misteriosamente la ciudad nos pertenecía. ¿Dónde estaban? No tenía sentido conjeturar alguna cosa. Las chatarras eran tan desgraciadas que cualquier sospecha podía jugarnos luego una mala pasada. Sofía no decía nada, tan solo me escoltaba. Su silencio me apenaba, había perdido la casa. Yo la observaba por el espejo retrovisor. Sus cabellos al viento embellecían las facciones de su cara. Era tan bella que si tenía barro no importaba. Cualquier mortal hubiera querido besarla. ¿Para qué ocultarlo? Me excitaba, pero estábamos solos en una república usurpada. Sin decirle nada la llevaba al área suburbana. Rita aleteaba en mi mano sudada. Eso me tranquilizaba. Mi moto ya presentaba fallas mecánicas. A unos trescientos metros estaba el cementerio. Tal vez podíamos adentrarnos en la ciudad de los muertos para cargar las baterías y en paz conciliar el sueño. Los zombis han sido siempre personajes imaginarios.