domingo, 7 de febrero de 2016

DRONES, LA INVASIÓN (EPISODIO #53)


Entre unos cascotes del tamaño de mi cabeza había un pozo. Unos escalones polvorientos me indicaban que en aquel hoyo estaba mi sótano. No quería remolcar la moto sin antes echarle un vistazo. Mi ambiente subterráneo seguía intacto. Sonreía. Estimaba no más de media hora para que finalmente amaneciera. Mi pierna parecía una morcilla pero había valido la pena tanto sacrificio.