domingo, 21 de febrero de 2016

DRONES, LA INVASIÓN (EPISODIO #68)


Su hermosura me dejaba sin aliento. Tenía treinta años. Quizá un poco menos. Su cabello prieto y lacio le llegaba a la cintura. Lo tenía suelto. En su brazo derecho lucía un tatuaje muy pequeño. Me llegaba a los hombros. Medía no menos de un metro sesenta. Unas calzas negras cubrían sus piernas. Su figura era atlética. Calzaba unas zapatillas de color violeta. Una musculosa blanca exhibía su ombligo. En su mano diestra llevaba un arma de fuego. Era una Ithaca 37. Imponía mucho respeto. No le tenía miedo. Me había quedado tieso, enmudecido por sus ojazos negros. En cambio ella se acercaba, caminando como una dama.
— ¿Quién sos? —le preguntaba con mucho desconcierto.
— ¿Sos loco vos? Me llamo Sofía. Vayamos a casa.
No podía rechazarla, su aplomo me llevaba de los pelos.