sábado, 6 de febrero de 2016

DRONES, LA INVASIÓN (EPISODIO #52)

 

La luz del alba me mostraba algo impensado: mi casa no era más que un montículo de escombros, todos apilados. Tenía ganas de llorar, tantos años invertidos en ladrillos para que unos desalmados aparatos me dejaran sin hogar. Esos despiadados estaban arruinando mi vida. Los odiaba, pero si amanecía y no nos escondíamos era nuestro final. Tal vez mi sótano había resistido a la demolición. Teníamos que localizar su ubicación.