Richard
Ferguson, prestigioso psiquiatra, titular de la Asociación Mundial
“Sanos Mentales”, con sede en Bruselas, ponía de manifiesto en una entrevista
radial, el 3 de noviembre de 2075:
“Los drones autónomos, mal llamados “águilas del infierno”, son
productos humanos y, como tal, debemos responsabilizarnos de sus desaciertos.
Los errores de los drones son errores nuestros. Aunque parezca mentira hemos
observado que tienen sentimientos y cada día surgen especies nuevas. Tema
aparte es el fanatismo que han despertado en ciertos sectores de nuestra
sociedad, que ya han comenzado a alabarlos y considerarlos seres sagrados
enviados por un Dios Supremo. Necesitamos asistir al mundo entero pero, por el
momento, no disponemos de tal financiamiento. Es un asunto muy serio que
requiere de máximo tratamiento”.